El gótico portugués escribe un broche de oro con el llamado estilo Manuelino, en honor del monarca que ceñía la corona lusa en sus años de máximo esplendor, Manuel I de Avis. Uno de sus mejores ejemplos en el monasterio de Batalha, en rigor de Santa María da Vitória, en cuyos terrenos se levanta las llamadas Capelas Imperfeitas, qiue hoy visitamos y ofecemos a los hipotéticos lectores de esta humilde página.
Duarte (1391-1438) quiso un espacio compuesto de siete capillas en las que recibieran sepultura sus restos junto a los de su esposa y sus hijos. Era el año 1434 cuando el soberano encarga al arquitecto irlandés David Hughet, quien ya había intervenido en la construcción del monasterio.
La muerte de Duarte, en 1438, ralentizó las obras, que continuaron a un ritmo muy lento, paralizándose definitivamente con Manuel I, quien prefirió centrar sus esfuerzos en la construcción del monasterio de los Jerónimos de Belém, una aldea cercana a Lisboa, al que dedicamos una entrada reciente en esta página.
Tuvieron que pasar varios siglos para que el propósito del rey Duarte se viera hecho realidad. En la década de 1940, sus restos, junto a los de su esposa Leonor de Aragón y su hijo, el infante D. Alfonso de Avis, fueron trasladados a este espacio, descansando desde entonces e sus respectivos túmulos funerarios.
En el siguiente vídeo, costumbre de esta modesta bitácora, ofrecemos un breve paseo, no tan extenso como hubiésemos querido, por este hermoso lugar.
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