Hoy nos adentramos en los Arribes del Duero, un territorio fascinante, en la frontera entre España y Portugal. Esta comarca, compartida por Zamora, Salamanca y nuestro país vecino, es un lugar lleno de lugares, detalles y entornos que nos obligan a detenernos y quedarnos allí, absortos, ante lo que se abre ante nuestros ojos. Un ejemplo es la ruta que hoy proponemos,entre el Mirador del Contrabando y la Peña de la Vela, en Hinojosa de Duero (Salamanca).
Nuestro paseo comienza en el Mirador del Contrabando, junto a la vieja vía férrea que unía Fuente de San Esteban con la localidad portuguesa de Barca d'Alva, abandonada en 1985. Pero antes de comenzar nuestra caminata, nos detendremos por unos momentos en este lugar, cuyo nombre evoca las actividades de los contrabandistas en estos parajes muy habituales en tiempos no tan lejanos.
Tras llenar nuestros ojos con el magníico paisaje salmantino, cruzamos la carretera DSA-590 e iniciamos la marcha por el camino que se eleva ante nosotros, la Senda de la Peña de la Vela. La subida es corta y no tiene dificultad alguna. Tras caminar unos pocos kilómetros, el río Duero empieza a mostrarse ante nosotros.
Durante nuestra ruta observamos varias estructuras de piedra, con tejados de arena o hierba. Son los chiviteros, construcciones típicas de la zona, usadas por los pastores como refugios que les protegiera, junto al ganado, de las inclemencias del tiempo y de los depredadores.
Finalmente, después de atravesar unos muros de piedra, salpicados de bloques de granito, llegamos a la Peña de la Vela. Aquí haremos una parada para reponer fuerzas, aunque pocas fueron las que gastamos para llegar. Delante nuestro se encuentra el río Duero y, detrás, llevando nuestra vista a la Ribera opuesta, nos encontramos con Portugal, que nos ofrece sus casas, huertas y caminos, algunos de los cuales llegan hasta la misma ribera del río. Ante nosotros, un enorme bloque, desde el que también se obtienen magníficas vistas, el Penedo Durão.
No podemos dejar la ocasión de observar los restos de una construcción, ya desprovista de su techumbre, que en tiempos fue una antigua caseta de la Guardia Civil, destinada a vigilar el contrabando que aquí existía.
Una vez apurado nuestro almuerzo, saciada nuestra sed y llenos nuestros ojos de la belleza del paisaje, retomamos el mismo camino y regresamos al Mirador del Contrabando, donde daremos por finalizada nuestra caminata de hoy.
El vídeo siguiente, disponible en nuestro canal de YouTube, muestra más imágenes de esta bonita ruta.
Para finlizar este pequeño artículo, no podemos dejar de recomendar el libro Arribes del Duero-Salamanca, Parque Natural y Reserva de la Biosfera, de Nicolás P. Rodríguez (Tierra de Fuego, 2018), a quien tuvimos la gran suerte de contar como guía en esta ruta.
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