miércoles, 9 de enero de 2019

El Picón de Felipe

Cuenta una leyenda que, a fines del siglo XIX o principios del XX, un cabrero llamado Felipe acudía a diario con su rebaño a unos parajes situados a orillas del río Duero, junto a la frontera con Portugal. Allí coincidía con una muchacha de Bruçó, un pueblo portugués situado a escasa distancia, de la que se enamoró. Cierto día, la chica dejó de frecuentar el ir al lugar, causando a Felipe una honda desesperación que le llevó a idear una descabellada idea que, cegado por el amor y la pasión, no tardó en llevar a cabo: construir un puente que le permitiera cruzar el Duero. Con sus escasas herramientas y sus propias manos comenzó su empeño, muriendo de agotamiento durante el transcurso de su tarea. En su honor y en su recuerdo, aquel escarpado paraje comenzó a conocerse como Picón de Felipe.



Hoy, el Picón de Felipe pertenece al término municipal de Aldeadávila de la Ribera, en Salamanca, y se encuentra enclavado en el Parque Natural de los Arribes del Duero, una bellísima comarca compartida con nuestro país vecino, donde se conoce como Douro Internacional.
Nuestra ruta comienza en el Llano de la Bodega,  un agradable merendero situado a cinco kilómetros de Aldeadávila de la Ribera, en el que encontraremos chozas de piedra, a imitación de las construcciones populares de los pastores y cabreros de la zona,  así como una fuente instalada en un bloque de granito de gran tamaño.



Desde allí pude verse una impresionante vista del valle del Duero, con la localidad de Bruçó, aldea de origen de la muchacha protagonista de la leyenda, al fondo.


El camino de ascenso al Picón de Felipe se asienta sobre una enorme formación granítica, alternando sendas de tierra con calzadas de piedra. testigo de antiguos caminos usados por los cabreros de la zona.


Una vez alcanzado el mirador del Picón de Felipe, las vistas que desde allí se obtienen merecen detenerse unos minutos, ajenos al devenir del tiempo, absortos en el espectáculo que la naturaleza nos ofrece.


También la mano del hombre se deja notar en forma del dique de la presa de Aldeadávila, de la que se alimentan las dos centrales eléctricas cercanas, inauguradas en 1962 y 1986, respectivamente, cuya producción es la mayor de España y de las más importantes de Europa. Como curiosidad, citemos que en la calzada del dique se rodaron algunas escenas de la premiada superproducción Doctor Zhivago (1965), en la que participaron como extras numerosos trabajadores de la central y vecinos de Aldeadávila de la Ribera. Así mismo, las instalaciones de la central sirvieron de escenario para las escenas finales de La Cabina (1972), de Antonio Mercero.
Una vez saturados de la belleza que se ofrece ante nuestros ojos, regresamos sobre nuestros pasos, de vuelta al Llano de la Bodega, poniendo fin a nuestra excursión de hoy.
El siguiente vídeo, disponible en nuestro canal de YouTube muestra, aunque la realidad sea mucho más espectacular, los lugares por lo que trancurrio nuestra pequeña excursión.


Para finalizar este pequeño artículo, no podemos dejar de recomendar el libro Arribes del Duero-Salamanca, Parque Natural y Reserva de la Biosfera, de Nicolás P. Rodríguez (Tierra de Fuego, 2018), a quien tuvimos la gran suerte de contar como guía en esta ruta.




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