Los Cubos de la Memoria son una intervención artística del artista vasco Agustín Ibarrola (1930), el mismo que creara el Bosque de Oma, que ya tuvimos la ocasión de visitar. Hoy, recordando viejos viajes, recordamos este curioso rincón de la costa asturiana, ubicada en la escollera del puerto de Llanes.
Las escolleras son, para explicarlo brevemente, rocas o bloques de hormigón que sirven para proteger un dique de las embestidas del mar, siendo habituales en muchos puertos marítimos.
Los Cubos de la Memoria se crearon en dos fases diferentes. En la primera, en el año 2001, se pintaron trescientas caras en un total de cien bloques, dispuestos en la cara sur de la escollera, en el interior del puerto. En esta fase, Ibarrola quiso mostrar la realidad de las cosas, con diseños fuertemente figurativos. La segunda parte de la obra se realizó en 2003, trabajándose en la parte note, de cara al mar abierto, donde Ibarrola saca su parte más conceptual y abstracta. Esta segunda fase la forman 66 cubos y 177 diseños. Para esta obra fueron necesarios alrededor de 5000 litros de pintura.
La situación de Los Cubos de la Memoria, a merced de los embites y embestidas del mar Cantábrico, así como el clima lluvioso de Asturias, hacen que se deteriorasen con rapidez. Sin embargo, el consistorio llanense descarta, por ahora, una intervención en los mismos, destinando el presupuesto necesario a otras obras de mayor urgencia.
Finalizaremos nuestra modesta entrada de hoy con el tradicional video, en el que mostramos más imágenes de esta obra artística, no sin antes lanzar una reflexión: si el Bosque de Oma lo restauran puntualmente estudiantes de arte, ¿Qué evita que aquí, salvo por el evidente peligro de trabajar en el mar, se haga lo mismo?
La información necesaria parala redacción de esta entrada se ha extraído de la página web Patrimonio, Urbanismo y Medio Ambiente. Del aula a la red (blogs.upm.es/puma)
Las escolleras son, para explicarlo brevemente, rocas o bloques de hormigón que sirven para proteger un dique de las embestidas del mar, siendo habituales en muchos puertos marítimos.
Los Cubos de la Memoria se crearon en dos fases diferentes. En la primera, en el año 2001, se pintaron trescientas caras en un total de cien bloques, dispuestos en la cara sur de la escollera, en el interior del puerto. En esta fase, Ibarrola quiso mostrar la realidad de las cosas, con diseños fuertemente figurativos. La segunda parte de la obra se realizó en 2003, trabajándose en la parte note, de cara al mar abierto, donde Ibarrola saca su parte más conceptual y abstracta. Esta segunda fase la forman 66 cubos y 177 diseños. Para esta obra fueron necesarios alrededor de 5000 litros de pintura.
La situación de Los Cubos de la Memoria, a merced de los embites y embestidas del mar Cantábrico, así como el clima lluvioso de Asturias, hacen que se deteriorasen con rapidez. Sin embargo, el consistorio llanense descarta, por ahora, una intervención en los mismos, destinando el presupuesto necesario a otras obras de mayor urgencia.
Finalizaremos nuestra modesta entrada de hoy con el tradicional video, en el que mostramos más imágenes de esta obra artística, no sin antes lanzar una reflexión: si el Bosque de Oma lo restauran puntualmente estudiantes de arte, ¿Qué evita que aquí, salvo por el evidente peligro de trabajar en el mar, se haga lo mismo?
La información necesaria parala redacción de esta entrada se ha extraído de la página web Patrimonio, Urbanismo y Medio Ambiente. Del aula a la red (blogs.upm.es/puma)
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