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martes, 21 de julio de 2020

Los capirotes de Madrid Río.

La remodelacion del entorno del río Manzanares con motivo del soterramiento de la cicatriz urbana que suponía la agresiva calzada de la M-30 ha supuesto un profundo cambio en esta zona de Madrid, ganada para el peatón que, tras décadas de aislamiento, puede por fín disfrutar de su río. Hoy nos acercamos a un rincon de este espacio para descubrir, con cierto asombro, la presencia de un antiguo elemento, habitual en Madrid de antaño, casi desaparecido de sus calles: los capirotes.

Hagamos un poco de Historia y remontémonos a la Edad Media, a los años en que Maŷrīt era una pequeña población del emirato omeya de Al-Andalus y el agua llegaba hasta aquí por medio de unos canales llamados qanats que, con los años, constituyeron una extensa red de distribución que se conocía con el nombre de viajes de agua. 
Capirote de unos de los antiguos viajes de agua, aún visible en Madrid (Fotografia: Mario Sánchez Cachero). 
En estas galerías se abrían, situadas a una determinada distancia, unas chimeneas que se tapaban con pirámides de granito. Estos son los capirotes que, desmontados por el continuo crecimiento de Madrid, parecen volver ahora a la vida en este lugar, la ribera del río Manzanares, adornando una hilera de bancos a escasos metros del Puente del Rey, obra de 1816 ampliada y desvirtuada durante las obras de Madrid Río que, si bien han supuesto la desaparición de kilómetros de asfalto que rompían la relación entre la ciudad y su río, han provocado numerosos daños en el patrimonio histórico de la zona.

Al menos, estos capirotes han vuelto del olvido y se encuentran a la vista de todos, aunque algo de información sobre su origen e historia tampoco estaría de más. 

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