Hace ya algunos años recorrimos el trazado de un viejo ferrocarril que nació con vía estrecha y murió con ancho ibérico. Unía la navarra Tudela con la aragonesa Tarazona y fue conocido, entre otros motes y apodos, como el "Tarazonica", aunque su tendencia a descarrilar con frecuencia le valió otro sobrenombre: "El Escachamatas". Hoy recordamos aquel agradable día, con la esperanza de volver a recorrerlo de nuevo, una vez superado esta dura etapa que vivimos en la actualidad.
La Vía Verde del Tarazonica parte junto a los andenes de la estación de Tudela de Navarra, ascendiendo hasta las calles de la localidad, encontrando en un parque público un recuerdo del viejo ferrocarril, una de las locomotoras que antaño recorrieron sus vias.
La vieja línea unía diversos pueblos y lugares, teniendo estaciones en Murchante, Cascante, Tulebras, Malón y Tarazona. Todas ellas, salvo las estaciones que servían de cabecera se encuentran en un lamentable estado de ruina. Cerca de sus destartalados edificios se han dispuesto áreas de descanso en las que se echa de menos una fuente en la que reponer nuestras reservas de agua. Hay que advertir que sólo encontraremos dos en nuestro camino. Una en las afueras de Tudela y otra en las proximidades de Malón.
Con la presencia omnipresente del Moncayo, la ruta nos lleva a contemplar un antiguo pueblo, Urzante, hoy reducido a despoblado, así como el magnífico monasterio de Santa Maria de la Caridad, en Tulebras del siglo XII, primer cenobio femenino de la orden del Císter en España. Merece la pena comentar un curioso monumento, dedicado al ferrocarril cuya traza recorremos, hecho con elementos del mismo, como carriles y ruedas de locomotoras.
Por fin, una vez en Tarazona, hacemos un merecido descanso antes de visitar la localidad, que bien merece un recorrido por sus calles.
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