Surcar el cauce del río Douro es recorrer las aguas de la historia, adentrándonos en los años en que los reinos de Castilla y de Portugal se disputaban esta comarca y lac frontera cambiaba de un lugar a otro en virtud de guerras y tratados entre los monarcas que regían ambos países. Hoy recorreremos el río Douro, adentrándonos en su parque natural, embarcados en un acogedor barco, siguiendo la abandonada vía del tren de La Fregeneda.
Iniciamos nuestro viaje en Vega de Terrón, en la provincia de Salamanca. Allí abordamos el barco que nos llevará en este viaje por la Historia y la naturaleza, con Portugal ante nuestros ojos, bajo la imponente estructura metálica del puente del ferrocarril.
Pocos segundos después de zarpar entramos plenamente en territorio portugués, llegando poco después a Barca d`Alva, la primera localidad por la que pasaremos, que siglos atrás perteneció a la vieja Corona de Castilla.
Ambas riberas se encuentran jalonada de viñedos y bodegas, creando bellos paisajes y líneas. De ellas salen los ricos caldos que, bajo la denominación de origen Vinos del Duero, o Vinhos do Douro,se venden en todas partes del mundo. Uno de esos vinos es el celebre Oporto, ciudad bañada por el Duero, ya en sus kilómetros finales.
Poco después llegamos a la desembocadura de un río de ancho caudal, superado por un nuevo viaducto del ferrocarril. Se trata del río Coa, nombre que recibe la localidad anexa. Observemos bien este lugar, y dejemos que nos rodee el apasionante manto de la Historia. Nos encontramos en el punto en que se encontraba la antigua frontera entre Portugal y Castilla hasta 1297, cuando pasaron a manos del rey Don Dionís en virtud del Tratado de Alcañices.
En pocos minutos alcanzamos una de las mayores pobras de ingeniería de la zona, la impresionante Esclusa de Pocinho, parte de la presa del mismo nombre, construida en 1983. Con 90 metros de longitud, 12, 1 de ancho y 49 de alto imponen a todo aquel que atraviesa su estructura. Una experiencia realmente inolvidable.
Se aproxima el final de nuestro crucero. A nuestro frente se adivina ya Foz do Sabor, en cuyo puerto fluvial finaliza nuestro viaje. Antes, contemplaremos la ermita de Quinta do Vale do Meão, construida en 1895 en la ladera del monte. Envidiamos a aquellos que disfrutan de las maravillosas vistas que se deben disfrutar desde allí, planeando visitarlo en breve.
Por fin, con pena por nuestra parte, nuestro barco atraca en Foz do Sabor, cerca de la desembocadura del río del mismo nombre. Así finaliza nuestro pequeño crucero, repleto de belleza, naturaleza e Historia.
A continuación, siguiendo con la tradición de esta bitácora, ofrecemos el siguiente vídeo, con más imágenes de aquella inolvidable mañana.
A continuación, siguiendo con la tradición de esta bitácora, ofrecemos el siguiente vídeo, con más imágenes de aquella inolvidable mañana.
Muchas gracias a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario