miércoles, 25 de noviembre de 2020

¿Un parecido razonable?

Hay veces que un simple detalle puede confundir a aquel que lo contempla, al menos al que puede caminar sin prisas por las calles madrileñas. A veces, alguno de estos pequeños detalles se encuentran delante de nuestros ojos, bastando tan solo levantar la vista par descubrirlos. Hoy traemos uno de ellos, deteniéndonos unos instantes ante un curioso «parecido razonable». ¿Es real o, lo que será más probable, son figuraciones nuestras?
Paseando con calma por la calle de Alcalá, nos detenemos ante la armoniosa fachada neoclásica, creada por el arquitecto italiano Francesco Sabatini (1721-1797) para la antigua Real Casa de Aduanas. Contemplamos con detenimiento su imponente escudo de armas, los frontones, tiangulares y semicirculares, que coronan sus ventanas y el hermoso balcón principal, que se encuentra sujetado por una serie de ménsulas que forman rostros humanos, unos rostros sonrientes, simpáticos, labrados por el cincel del francés Robert Michel (1720-1786)

Nos paramos ante estos rostros. Nos recuerda a algo, o, mejor dicho, a alguien. Los miramos una y otra vez, de frente y de perfil, queriendo recordar a quien se parece esra silueta, que nos resulta familiar. Una nariz curva, prominente, acompañada de la sonrisa que antes citábamos.

Este perfil, tanto en la sonrisa como en la nariz, nos recuerda al «jefe» de Sabatini y de Michel, nada más y nada menos que el rey Carlos III (1716-1788), el «Rey Alcalde», que engalanara Madrid con sus edificios, puertas y fuentes. 
Carlos III de España. Detalle del retrato pintado por Anton Raphael Mangs en 1774, conservado en el Museo del Prado de Madrid. (Fuente: Wikimedia Commons).

¿Quisieron Sabatini y Michel tener un detalle cariñoso con el rey o es un simple fruto de la casualidad?¿Hay algo de cierto en este parecido o, por el contrario, son simples figuraciones nuestras? 

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