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viernes, 3 de mayo de 2019

Rodeando el embalse del río Cuevas (Arenas de San Pedro)

Hoy vamos a dar un paseo por un entorno de peculiar belleza, el embalse del río Cuevas, en Arenas de San Pedro,en Ávila. Se trata de una ruta muy sencilla, de apenas 2 kilómetros de longitud, ideal para pasear en familia, sin prisas, bordeando el pantano.
Empezamos nuestra ruta en el Castillo de la Triste Condesa, construido en el siglo XV por orden del Condestable Ruy López Davalos. Su nombre lo recibe de Juana de Pimentel, quien vivió en él durante varios años después de la muerte de su marido, el valido real Álvaro de Luna.
A su lado encoontramos la Cárcel de los Picos, cuyos recios muros y cubos esquineros exteriores deleitan claramente su antigua función. Hoy alberga depndencias judiciales y administrativas, así como una oficina de Correos. No tardamos en llegar al rio Arenal, que atravesamos mediante una moderna pasarela de madera parte de la senda fluvial que atraviesa la localidad, no sin detenernos unos instantes en el puente de piedra que se levanta a su lado. Este río une sus aguas a las del río Cuevas a pocos metros de este lugar.

Pocos metros después encontramos un aparcamiento, en el que pueden dejar el coche aquellos que lleguen hasta aquí en su vehículo. Nosotros, siempre defensores del transporte público, llegamos hasta Arenas de San Pedro en autobús.
Los primeros metros del paseo discurren por una carretera, por lo que hay que caminar atentos al tráfico. Poco después abandonamos el asfalto, comenzando a caminar sobre una senda propiamente dicha, rodeada de una valla de madera con abundantes bancos colocado a lo largo del recorrido.
De pronto, algo nos llama la atención. En el medio del embalse encontramos una escultura, El baño de Ataecina, del escultor salmantino Fernando Sánchez Blanco.
Un pequeño puente de madera con pretiles de piedra nos indica la mitad de nuestra ruta. Lo atravesamos para iniciar el camino de vuelta.
A la mitad de este camino de regreso encontramos un pequeño merendero, en el que comer tranquilamente y, ya por la tarde, terminar los pocos metros que restan de la ruta.
Una vez cruzada la presa, llegamos de nuevo a la carretera en la que empezamos a caminar, dando por finalizada nuestra ruta.
El resto del día se puede ocupar paseando por Arenas de San Pedro, visitando el Palacio de la Mosquera, del siglo XVIII, la Iglesia de la Asunción o el Puente medieval de Aquelcabos, de origen romano.

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