Hoy nos adentramos en los Arribes del Duero, un territorio fascinante, en la frontera entre España y Portugal. Esta comarca, compartida por Zamora, Salamanca y nuestro país vecino, es un lugar lleno de lugares, detalles y entornos que nos obligan a detenernos y quedarnos allí, absortos, ante lo que se abre ante nuestros ojos. Un ejemplo es la ruta que hoy proponemos,entre el Mirador del Contrabando y la Peña de la Vela, en Hinojosa de Duero (Salamanca).
Blog de excursiones, paseos urbanos, rutas y de todo aquello que llame nuestra atención. Todas las fotografías, salvo alusión contraria, son realizaciones personales.
Páginas
▼
domingo, 27 de enero de 2019
lunes, 21 de enero de 2019
El Castillo de Monsanto
Cuentan las crónicas que, durante un asedio al castillo de Monsanto, el hambre y la falta de víveres hacían ya mella en el ánimo de los sitiados, quienes tan solo disponían ya de un montón de trigo y una vaca. Entonces, en mitad de esta situación tan poco halagüeña, alguien ideó una estratagema: dar de comer el trigo a la vaca y arrojarla posteriormente desde lo alto de la muralla. El animal, al caer desde las almenas reventó a causa del impacto, esprciéndose el grano por los alrededores. Los sitiadores, al ver que la vaca estaba bien alimentada y que los sitiados la tiraban sin ningún miramiento, creyeron que el alimento era más que abundante en el interior del Castillo, dándose por vencidos y levantando inmediatamente el asedio.
martes, 15 de enero de 2019
Entre Zarza la Mayor y el castillo de Peñafiel
Dentro de las muchas posibilidades que el Parque Natural Tajo Internacional ofrece al caminante, una de las rutas más interesantes, y que más alternativas propone es la que, partiendo desde Zarza la Mayor, en Caceres, llega hasta las ruinas del Castillo de Peñafiel, ubicado sobre un escarpado a orillas del río Erjas, en la misma frontera con Portugal.
miércoles, 9 de enero de 2019
El Picón de Felipe
Cuenta una leyenda que, a fines del siglo XIX o principios del XX, un cabrero llamado Felipe acudía a diario con su rebaño a unos parajes situados a orillas del río Duero, junto a la frontera con Portugal. Allí coincidía con una muchacha de Bruçó, un pueblo portugués situado a escasa distancia, de la que se enamoró. Cierto día, la chica dejó de frecuentar el ir al lugar, causando a Felipe una honda desesperación que le llevó a idear una descabellada idea que, cegado por el amor y la pasión, no tardó en llevar a cabo: construir un puente que le permitiera cruzar el Duero. Con sus escasas herramientas y sus propias manos comenzó su empeño, muriendo de agotamiento durante el transcurso de su tarea. En su honor y en su recuerdo, aquel escarpado paraje comenzó a conocerse como Picón de Felipe.